Mi dedicación y grado de implicación en este deporte ha aumentado con el paso del tiempo. Hacerlo ha sido posible gracias a las personas que me rodean. Ellos comparten mi sufrimiento, mis alegrías y, por supuesto, son partícipes de muchas de mis aventuras y retos profesionales.
Principalmente mi marido, Abel, quien me acompaña en cada una de mis aventuras. Mi entrenador es también una pieza imprescindible en este puzle, Javier Laburu, quien conoce al detalle mi rendimiento profesional. Así como mi fisioterapeuta Sergio, quien me ayuda con mi recuperación entre carreras.